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Algunas personas piensan que la verdad se puede ocultar con un poco de encubrimiento y decoración. Pero a medida que pasa el tiempo, lo que es verdadero se revela, y lo que es falso desaparece. Los seres humanos podemos pretender cualquier cosa en cualquier situación, por ejemplo, en las relaciones. Una falsa relación, aunque muchos no lo crean, suele existir en el mundo de las relaciones, y no es nada nuevo. Sigue leyendo para, según estos lineamientos, saber distinguir si tú te encuentras en una de ellas y cambiarlo.

Descubre si te encuentras en una falsa relación
Cuando una persona con un buen corazón está atrapada en una relación que no es auténtica, es una experiencia dolorosa y agotadora. Doloroso porque, en el fondo, la persona sabe que la relación es falsa. Es agotador porque la persona debe suprimir o ignorar constantemente cualquier impulso o emoción que intenta revelar la situación real de la relación, por lo que realmente se hace un espejismo.
Una relación falsa no es una relación en absoluto. En cambio, tenemos este escenario: una persona genuina, llena de devoción y buenas intenciones, está dispuesta a hacer que funcione una relación. Mientras tanto, su “pareja” es alejada. La noción de que están incluso en una relación es lejana y ajena.

Cómo se desarrolla una falsa relación

Cada situación es diferente, pero aquí está una idea general de cómo se desarrolla una relación falsa:
Una persona bien intencionada se compromete con alguien que parece corresponder a los tan necesarios sentimientos de amor, devoción y respeto. Después de un período, las expresiones de tales sentimientos desaparecen, y el verdadero carácter del falso comienza a revelarse. Desafortunadamente, la pareja de este tipo de personas, está emocionalmente comprometida en esta etapa y está decidida a “hacer que la relación funcione”, mientras que el falso no tiene ningún interés particular en hacerlo.
El amor que la víctima siente por su compañero nubla su juicio, haciéndolos vulnerables al engaño. El amor ciego, interfiere con el pensamiento racional, eludiendo la lógica y colocando la emoción en el asiento del conductor. En este estado, la persona pasa por alto las “banderas rojas” mientras continúa “ignorando” la realidad de la situación.
¿Por qué es tan difícil admitir y salir de una relación falsa? La víctima tiene miedo de una de tres cosas: estar solo, admitir el fracaso, y / o la anticipación de las emociones negativas después de la separación.
Salir de una relación falsa requiere que uno vea la verdad por lo que es, no importa cuán incómodo. Requiere calmar la mente irracional y llegar a enfrentarse con los hechos.

10 señales que te dicen que estás en una falsa relación

Cuanto antes podamos admitir que estamos en una falsa relación, más vanos a podamos avanzar sana y felizmente.
¿Estás tú o alguien que conoces en una relación falsa? Echemos un vistazo a diez señales:

1. Tu pareja está emocionalmente distante en ausencia
Cuando tu pareja está ausente, ¿hacen algún intento de comunicarse? ¿Devuelven sus mensajes de texto o llamadas? En una relación, los falsos tienen una tendencia a ser no comunicativos. Proporcionarán poca o ninguna información de lo que está pasando en su vida. También harán excusas de por qué “no pueden” comunicarse.

2. Hay muy escaso o nada de romance

Donde no hay romance, no hay relación. La víctima a menudo intenta iniciar la intimidad, pero tales intentos están a menudo son en vano. Es evidente cuando la intimidad es forzada, también. Una vez más, nada de romance = no (real) relación.

3. Los conflictos no se resuelven

El conflicto ocurre en todas las relaciones – y el conflicto intermitente es el signo de una relación sana, ya que demuestra un nivel de cuidado mutuo. Dicho esto, todo conflicto exige una resolución. Si eres el único/a que intenta resolver cualquier conflicto o problema que surja, a menudo es un signo revelador de desapego emocional.

4. No hay ningún esfuerzo por encontrarte a medio camino

¿Siempre eres tú quien planea las cosas? ¿Recoge el cheque? ¿Maneja las responsabilidades domésticas? Si es así, ¿qué responsabilidades, si las hay, está haciendo tu pareja? Relación y compromiso son dos guisantes en una vaina. La falta de esfuerzo es un signo universal de desinterés – y en una relación no es diferente.

5. No hay ningún interés sobre lo que estás sintiendo o pensando

Dos personas en una relación genuina y saludable, se dan cuenta de la importancia de entender lo que su pareja está sintiendo o pensando. Preguntar acerca de la disposición de tu pareja, es un elemento esencial de la comunicación. Quieren saber qué está pasando, incluso si no es nada. ¿Cuándo fue la última vez que tu pareja te preguntó cómo te sentías o cómo te fue tu día? Una pregunta digna de consideración.
6. No hay discusión sobre el futuro
En cualquier relación significativa que dure, es inevitable que tenga lugar una discusión sobre el futuro. Si el compañero está evitando esta conversación o no responde cuando el tema aparece, generalmente se debe a una de dos cosas: (1) no está interesado en un futuro contigo, o (2) nunca piensan en ello. Ambas son malas señales.

7. Son indiferentes en la mayoría de las cosas

Una relación auténtica provoca sentimientos de pasión el uno por el otro. Mientras tanto, una relación falsa huele a indiferencia. (La indiferencia es un antónimo de la pasión). Alguien que actúa continuamente indiferente no está involucrado, probablemente desprendido, y no apto – por no mencionar indigno – de una relación real.

8. Estás incómodo siendo tú misma/o

Si tienes miedo de ser tu verdadero yo, no tiene sentido tener una relación. Fabricar una fachada sólo para mantener a alguien que no te quiere, de todas las maneras posibles, es una forma de auto-abuso. ¿Por qué soportarlo? Encuentra a alguien que te acepta y te ama por lo que eres.

9. Están retirados y distantes

Ser retraído y distante no es un rasgo de mala personalidad – muchos introvertidos muestran estos comportamientos. Pero incluso los más introvertidos se abren y se sueltan alrededor de la persona que aman. El retiro y el distanciamiento no son comúnmente comportamientos en una relación sana.

10. Sabe que algo está “apagado”

Has sabido que algo está “apagado” durante mucho tiempo. Se honesto contigo mismo. ¿Estás perdiendo el tiempo? ¿Dinero? ¿Energía? ¿Desperdicias estos preciosos recursos en alguien que probablemente nunca devolverá el favor? Invoca el coraje, empaca tus maletas, y saca al “diablo” fuera de allí. Es eso, o tratar de obtener algún asesoramiento.

Muchas veces nos preguntamos si podemos ser felices a pesar de tantos sufrimientos y de tanta deslealtad que recibimos por parte de aquellos que en su momento fueron parte importante en nuestras vidas…
En momentos así vienen a nosotros los recuerdos, aquellos que tanto duelen, en los que ves pasar el tiempo y piensas que jamás volverás a ser feliz, o que jamás volverás a amar como lo hiciste aquella vez.
Gracias a Dios, siempre hay vendas de amor para curar nuestras heridas. El amor, si bien es lo más hermoso también puede llegar a ser el dolor más profundo en tú corazón. Hay que saber levantarse, hay que preparar la mente para una nueva vida, ya no puedes estar pensando qué será tu vida sin esa persona, debes enfrentarte a esos fantasmas que aparecen cuando piensas que ya se han ido.
Siempre pasa lo mismo:
  • Vuelves a caminar por el pasillo del dolor.
  • vuelves a no querer saber nada de la vida…
    ¡Basta!
No sigas con eso, levántate, mira tu espejo y dime si acaso no ves en ti a alguien mucho más valiente que eso, a alguien con más decisión para hacer las cosas de forma diferente, alguien que está dispuesto a empezar una nueva vida, a quererse más y a tener más confianza en lo que hace… Mírate al espejo y convéncete de que vas a salir adelante a pesar de los obstáculos que la vida te presente.
Claro que puedes volver a ser feliz sin esa persona, no es el centro de tu universo. Seguro que en tu vida hay más personas dispuestas a hacerte feliz, y puede que incluso estén los hijos, los padres, la familia, los amigos que de por sí son ángeles que Dios te envía para recoger los pedazos que han quedado esparcidos por el camino...
Ya puedes levantarte con la seguridad de que si no fue fiel, y si no te respetó, no se merece nada de ti.
¿Mendigar amor? No, migajas no, tú te mereces todo, no trozos o los pedazos que te quiera dar. Respétate, se fuerte, no será la única mala experiencia que tengas en la vida, habrá muchas más, pero ya tendrás preparación para lo que venga, ya eres de hierro pero con el corazón blando para volver amar, o simplemente para dar amor a los que te rodean.
Una buena mañana, un buen día cuando esa persona te busque ya no serás la misma persona. Serás una bella persona que se ha reforzado de los dolores que puede causar la vida y un mal amor. Estarás mucho mejor, sabrás entregar tu corazón a quien se lo merece y no al primero que llega.
Mientras la tristeza se va de tu vida, refúgiate en el amor de tus hijos, de tus padres y de tus amigos quienes son tan importantes que sin pedirte nada, lo dan todo.
No lo dudes, puedes volver a ser feliz y estar muy bien. Cuando te pregunten con la mirada bien altiva podrás decir: “Sin ti puedo ser feliz, y lo soy”.
Con esas sencillas palabras habrás ganado la batalla sin necesidad de decir nada más.
Debes mantenerte firme en tus propósitos de vida, busca la manera de ser feliz, pide a Dios que te ayude en tus aflicciones y verás que mañana será un mejor día y podrás volver a retomar tu vida.
Crece como persona, ayuda a quien necesite de ti… eso te hará útil, y con el sólo hecho de ayudar a los demás ya verás que todo va a ir muy bien en tu vida, y repite hasta que te canses:
“Sin ti soy mejor persona,
y lo mejor de todo es que puedo ser feliz sin tener que estar a tu lado”.
La vida es demasiado bella para dejarla pasar sin haberla disfrutado.
Hola. Esto me parece extraño. Hace casi un año (supongo) un chico me agrego a Facebook. Yo no acepto desconocidos, pero él llamó mi atención de una particular manera así que lo acepté. Él no es el tipo de chico que me gusta, vaya ¡él es guapísimo!, con buen físico pero con cierta finta de patán. Yo siempre suelo ir por el promedio y no ser una más que anda tras esos “semidioses”.
Entonces, el 15 de Febrero recibí un mensaje suyo. Yo tenía otro contacto con su mismo nombre así que pensé que era ese otro chico, pero al mirar dos veces ¡pom! era él. Me habló como si nos conociéramos de toda la vida con un “Hola Marian ¿como has estado?” y eso me dejo fría, pero de una buena manera. Seguimos charlando y me dijo que siempre había querido hablarme pero que no había podido por tiempo y otras cosas (que tenía novia, la cuál había dejado 2 semanas atrás) y comenzamos a platicar y así durante un mes, todos los días, todas las horas, llamadas de Skype de 15 horas.
Él vive en Colombia y yo en México, pero para nosotros la distancia no ha sido gran problema, hasta el momento. Verán, él jamás preguntó mi edad y resulta que tengo 16 y él 25. Un día que ya me tenía un poco harta por su ligero narcisismo me preguntó: “¿Me besarás o no?”, a lo que yo respondí “Depende, ¿quieres ir a la carcel o no?” Entonces me pregunto “¿Por qué? ¿Acaso eres menor?” y yo respondí que sí. Él dijo que no estaba bien que habláramos y yo dije que estaba de acuerdo.
Yo sufrí demasiado. Lloré una semana seguida, no podía dormir ni sonreír por que yo sabía que lo que sentí por él era diferente, creía que había enloquecido porque para mí no era posible que alguien a quien no he tocado, no he visto, olido o besado me hiciera sentir en las nubes, que al escuchar su voz me dejara sin aliento, soñar con él y a la mañana siguiente despertar y que ningún otro chico me importara. Pero ahora nada de eso importaba porque todo había terminado.
Pasaron los días y el “llamo” me dijo que me extrañaba y no podía estar si mi,que yo era su chicha ideal, que solo pensaba en mi, que no era el mismo desde que lo dejé y seguimos.
La siguiente vez que “rompimos” fue por que el ya no me llenaba y se lo dije. ¡Ja! Se sentía como una maldita. Me dejó en paz por unos días y yo muy a pesar aún lo extrañaba, pero él llamó de nuevo y me dijo algo similar y que si no me llenaba era su culpa por ser tan aburrido, que yo no tenía culpa de nada. Entonces seguimos, pero de nuevo no resulto y después… adivinen… Sí, él volvió a llamar pero esta vez es diferente porque no nos decimos “amor” ni “te adoro” ni “nuestros hijos” ni nada de eso, solo hablamos. Pero el hombre asegura que seré para él.
A veces me da miedo, parece que quiere casarse conmigo, que de verdad esta enamorado, que de verdad me ama y no me parece lógico. Ayer me dijo: “Marian eres tan jodidamente bien hecha para mi y siento que quiero pasar el resto de mi vida contigo” y, repito, eso me asusta. Me da miedo que el quizá de verdad ya quiere una familia y yo solo quiero que venga, que venga para salir con el y todo sea un noviazgo común, pero ya me ha aclarado: “Marian el día que yo vaya a México es para tener un plan de vida contigo” (siempre que se pone serio me llama por mi nombre jajajaja).
Yo apenas soy una adolescente y él ya es un adulto, nuestros intereses son similares pero diferentes y creo que el amor tampoco es el mismo. A veces pienso que sí me enamoré y a veces pienso que él es solo otro mas.
Yo soy una chica muy dura, pero cuando puedo llegar a sentir algo lo digo y lo demuestro. Pero quien sabe: quizá me enamore de él y quizá si algún día viene me proponga matrimonio y yo acepte y nos casemos después de que termine mi carrera y ya tenga empleo, porque el amor es esperar y el amor no es comida, o al menos esa historia imagino en mi mente.
Contradictorio de lo que acabo de decir, sí. El amor es esperar, pero solo cuando lleva a alguna parte. Si él no viene pronto, tendré que ser fuerte y dejarlo para siempre.
Al final todo sale bien 🙂
Apenas tenía 11 años cuando lo conocí. Él era todo lo contrario a lo que yo era en ese entonces, yo quien le tenía miedo a hablar con las personas, así que ese año me dedique a hablar con chicas en especial con una que me desagradaba completamente; años más tarde mi mejor amiga. Recuerdo que no me resultaba fácil tener una conversación con alguien, sin embargo él se empeñaba a hablar conmigo, era el típico niño fastidioso, jamás me pregunte porque solo a mí , y solo después de unos años me di cuenta que tal vez y solo tal vez le gustaba.
Lo último que recuerdo de ese año es que me dio un papelito diciendo “prometo ya no fastidiarte más y quiero ser tu amigo”
No se por qué me emocione y le enseñe ese papel a algunas amigas, ellas decían que le gustaba, pero yo estaba completamente desinteresada, me gustaba otro niño que se me hacía adorable. Y el solo era mi “amigo fastidioso”.
En segundo año el chico que me gustaba se cambió de escuela, y luego me entere que yo también le gustaba, él pudo haber sido mi primer amor si no se hubiera ido, pero se fue.
Pero mi amigo fastidioso aún estaba allí, me ponía apodos y lo detestaba por eso, pero a la vez me resultaba terriblemente adorable. En especial cuando marcaba territorio conmigo y otros chicos. Como podría odiar a alguien que me defendía de otros chicos. Pero yo una vez más enamoradiza; me enamore de otro chico, que también se fue al año siguiente. Lo sé, pensarán que tengo una maldición o algo.
¡No!, no la tengo.
En tercer año estaba segura que éramos mejores amigos hablamos y él se convirtió en el gracioso de la clase, me gustaba estar con él, pero ese año me gustaba otro chico
En cuarto tenia amigas que nos fastidiaban, y creo que fue en ese año que me di cuenta que algo pasaba entre nosotros, me gustaba estar con él y que me hiciera reír pero mis piernas temblaban cuando se acercaba a mí; una de nuestras amigas en común estaba convencida que el en cualquier momento me pediría ser su enamorada y yo siempre le decía que eso no pasaría, cada vez que hablábamos ella se acercaba a preguntarnos si ya estábamos saliendo. Era divertido gritarle “¿estás loca?, ¡largo!”
Y yo estaba confundida, porque tal vez existía la posibilidad que todos lo malinterpreten ¿Era imposible, verdad?, ¿Cómo podría gustarle yo?
¿Cómo podría gustarme él?
Pero había un chico que me empezó a fastidiar solo porque no me gustaba prestarle mi tarea para que se copee, lo odiaba. En serio, le odiaba, me hacia la vida miserable, lanzaba mis cuadernos y mis cosas y para colmo nos teníamos que sentar juntos.
Odié esa mitad de año. Mi mejor amiga estaba carpetas lejos de mi incluso el, mi amigo también lo estaba quería decirle, quería acusarlo, pero el odioso es ese tipo. Era el tipo que se cree demasiado bueno y que las personas le dan mucha importancia; estaba envidiosa que todos parecían divertirse excepto yo.
Para ese entonces él haba dicho a todos que yo salía con un chico nuevo que recién había ingresado ese año. A mí, realmente, no me gustaba él, era tan incómodo que te fastidien con alguien que no te gusta. Si lo han experimentado saben de que hablo.
Es incomodo es odioso, y se lo dijo a todos, incluso los maestros creían que nosotros salíamos, lo odiaba. Y solo fue porque el nuevo, coqueteó un poco conmigo, solo que en ese entonces no sabia que era coquetear con alguien, ahora lo sé.
A mitad de año hacíamos nuestra confirmación. Rogué a todos los cielos para que no me tocara con el odioso y mucho menos con el que me fastidiaban, y creo que me salió bastante bien- demasiado- yo diría, porque fue en esa mitad de año que confirme que me gustaba mi amigo. Realmente, realmente me gustaba, el era divertido me gustaba estar con el y que mis piernas tiemblen o que me quede nublada cuando tenía que decir algo. Me gustaba sentarme a su lado.
Pero supongo que algo cambiaba entre nosotros. Mientras yo me sentía más atraída por el, él se alejaba, el ya no era mío, el era amigo de todos, el ya no me prestaba la misma atención que antes. Y aunque nuestra relación era muy buena, y aunque una vez de tantas me llevo de la mano como si fuéramos algo y para una niña de 14 que no tenía interacción con ningún hombre eso era importante. Me hacía sonrojarme, y debí saberlo que yo le interesaba a él.
En quinto de secundaria él tenia novia. Me partió el corazón, porque me gustaba, pero ahora él era de su novia. Aún me agradaba que me fastidiara con mi banda preferida y aun le quería. Felizmente estaba obsesionada con una banda de chicos que estaba segura que me casaría con alguno de ellos, así que pensaba que cuando me casara con alguno lo invitaría. Él siempre jugaba con ese pensamiento mío, él decía que llevaría a su novia, a veces solo nos sentábamos y hablábamos de como seria eso, mientras yo lanzo mi ramo de flores el evitaría que su novia lo cogiese.
Inventábamos alguna fiesta y me decía si invitaría a alguno de ellos. Hablamos mucho por chat (en ese tiempo existía), hablábamos en persona, luego terminamos el colegio y aun éramos amigos claro que más lejanos. Él termino con su novia, creo que fue a mí a la primera que se lo dijo.
A diferencia de todos los amigos que olvidé al entrar a la universidad, sólo conservo a dos o tal vez tres personas que recuerdo con mucho cariño. Mi mejor amiga, que ya llevamos 10 años de amistad, otra amiga que ocasionalmente veo y a él. A veces nos encontramos en el carro. No sé si nuestra historia continuará, pero el hecho que haya pasado 10 años desde que nos volvimos amigos es algo especial. La última vez le invente una historia de amor con un tipo “x”, porque empezó a preguntarme si estaba con alguien.
Entré en pánico y le dije que estaba súper enamorada de alguien. Realmente ya no me gusta, pero ver a tu primer amor a veces me pone de buen humor.
No encuentro muchos chicos que me siguen el juego cuando me pongo infantil.
Mi amor, te escribo esta carta porque llevo días callando algo que me está quemando por dentro.
Desde fuera todo se ve bien, nos reímos, me caigo desde la primera cita o me pego en la cabeza con los controles de tu coche, pasamos todo el día diciéndonos cosas lindas, nos reímos a carcajadas en el cine, preferimos besarnos a hablar, caminamos de la mano, te has convertido en mi mejor amigo y no hay nada en el mundo que yo no te contaría a ti.
Excepto una cosa y sé que lo has notado. Lo sé por que de pronto sólo me preguntas ¿por qué te veo así? ¿en qué estoy pensando? O cuando sólo preguntas ¿qué pasa amor? Es por esas preguntas o más bien mis respuestas que escribo esto con la culpa envuelta en llamas. Te prometí que jamás mentiría y lo he hecho. Pero quiero que sepas que no fue por ti que lo hice, fue por el tiempo, las cosas entre nosotros pasaron tan rápido que no podía controlarlas.
Recuerdo aquel momento en el que me dijiste que querías pasar tu vida conmigo que yo sólo pude contestar con un “te adoro”. Fui víctima del tiempo, de mi miedo y congruencia, le falté al respeto a nuestro amor, a mi, pero el más afectado has sido tú.
Tú que lo has dado todo, que me llevas a la pista si quiero patinar o no duermes media hora más porque yo quiero estar contigo esa media hora. Tú que sin pensarlo me dijiste te quiero y al segundo día me pediste ser tu novia. Tú, que no te importo nada y le gritaste tu amor a mi al mundo, tu que has sido un príncipe conmigo y me has cuidado en cada segundo. Tú que eres el último y que antes de conocerte apenas dos días antes escribí sobre ti, tu que llegaste a tiempo, ni un minuto tarde, ni uno después. Tú que eres quien me presento el cielo y me dio la tiara para ser una verdadera princesa. Tú que con todo el miedo decidiste arriesgarte por mi. Tú, quién curó y borró mis heridas. Tú que con sólo mirarme sabias que era yo. Tú,quién no se merece este engaño.
Te mentí, por que cada vez que ponía esa cara era porque quería decirte algo, cada mirada silenciosa que terminaba en un beso, ocultaba algo muy fuerte. Sé que es muy pronto, pero no te adoro, tampoco te quiero, porque querer es sólo algo que sólo quieres y tú eres parte de mí… Perdóname, pero tuve miedo, pero estoy lista y más que lista segura.
Te amo.

Hola, me llamo Antonella y estoy por cumplir 17 años. Mi historia empezó en febrero del 2012, yo tenia apenas 13 años recién cumplidos. Estaba en un cumpleaños de una compañera de la escuela que cumplía sus 15. Acá en donde vivo se da la costumbre de que cuando una chica cumple los 15 todos los amigos van a su casa a pasar el día.
Yo no soy de esas chicas muy sociables que digamos y estaba pasando por un momento horrible en mi familia. Habían pasado cosas muy feas con mi papa, fui abusada por el cuando yo tenia 12 años, nadie lo sabia, ni mi mamá, no me gusta hablar de esto pero el chico que conocí influyo mucho en este tema.
La cosa es que estuve todo el día afuera de la casa de la cumpleañera, sola, escondiéndome de todo, era muy tímida, no socializaba con nadie y por eso no tenia amigas. Como decía estaba sentada sola cuando se me acerca un chico que nunca lo había visto y tampoco lo conocía, y me dijo “¿Hola, como te llamas?”, le dije mi nombre y así empezó todo. Él se sentó al lado mio y empezamos a hablar, me molestaba, me empujaba, jugaba con mi celular.
Ya casi por terminar el cumpleaños, le dije que me tenia que ir a mi casa… No fue amor a primera vista. En ese momento me pareció un chico que solamente podía llegar a ser como un amigo. A esa edad no tenia idea de lo que era el amor.
Cuando llego a mi casa entro al Facebook y veo que tengo una solicitud de amistad y un mensaje… era él. Y en el mensaje había una foto de un hombre y una mujer a punto de casarse, y abajo decía “así vamos a terminar nosotros”. Yo que no entendía nada solo le dije “estúpido”, y así empezamos a hablar. Empezamos a juntarnos más seguido. Después empezó a ir a mi casa, pero nos quedábamos afuera en la vereda y nos quedábamos horas hablando. Hasta me dibujaba, no sé por qué pero le gustaba dibujarme. Estábamos todo el tiempo juntos, casi todos los días y al paso de un mes nos dimos nuestro primer beso, fue inesperado, solo nos miramos y pasó. Fue muy lindo. Me sentía en el aire, sentía que me estaba enamorando.
Nos pusimos de novios y a medida que iban pasando los meses pasamos un montón de cosas juntos: viajes, pérdidas de familiares, nos escapábamos de viaje, nos hicimos promesas futuras. Para mi mamá era un hijo más. Cada mes que cumplíamos de novios era un peluche y una carta que me regalaba, grabamos nuestros nombres en un árbol con un corazón y hasta el día de hoy paso por ese árbol a tocar nuestros nombres, nos teníamos mucha confianza, y estábamos muy enamorados.
Tuve que decirle lo que había pasado con mi papá y la situación por la que estaba pasando que era que mis padres se estaban por separar. Yo estaba muy mal, me cortaba, lloraba siempre, estaba enojada con todo y con todos, siempre me enojaba con el y lo trataba mal, era muy orgullosa y creo que esa situación lo asustó un poco, el solo tenia 15 años… que podía hacer.
Cuando cumplimos un año de novios tuvimos nuestra primera vez, la primera vez de los dos. Fue hermoso, nunca había sentido tanto amor, después lo hacíamos abajo de las estrellas, a veces nos acostábamos en la calle, teníamos una lista de cosas que íbamos a hacer cuando seamos grandes, estábamos locos los dos y creo que nunca me voy a sentir como el me hacia sentir… pero las cosas ya no eran lo mismo, ya no eramos los mismo, siempre peleábamos, el quería que le dijera a mi mama lo que me había pasado con mi papa.
Así seguimos hasta cumplir un año y casi 8 meses con muchas peleas, pero estábamos locos el uno por el otro, enamorados mas que nunca… Hasta que un día de la nada me dijo que se iba a tomar un tiempo y yo por orgullosa solamente le dije que hiciera lo que quería cuando no me daba cuenta de que estaba perdiendo lo mas hermoso que me había pasado. Y así fue como nos dejamos de hablar, pasaron muchas cosas, él conoció chicas y yo solo lloraba y no comía nada, no quería saber mas nada del amor.
Pasaron 5 meses y mi mamá le hizo una denuncia a mi papá. Todo lo teníamos controlado hasta que lo pasaron por televisión “prófugo de la justicia” y la ciudad entera se entero de lo que había pasado. Fue horrible, fue el peor momento que pase en toda mi vida. Los días eran eternos, hasta que un mensaje inesperado me llegó, me habló, era el pidiéndome disculpas por lo sucedido. En ese momento todo se me ilumino, yo volví a ser feliz, el alma me volvió al cuerpo, volví a respirar, nos volvimos a ver, con el me sentía segura, era y es el único que me entiende.
Pero ya nada era lo mismo, no era como antes, el amor era el mismo pero los dos habíamos cambiado mucho. El tiempo nos alejó, pero el destino sabrá que hacer.
Sé que soy muy chica para hablar sobre el amor, y ustedes deben pensar lo mismo, pero nunca voy a sentir lo que sentí por el. Hasta el día de hoy lo pienso todos los días y la verdad es que no tengo de qué quejarme, fue justo, compañero, y me ayudó en muchas cosas que otro chico a la edad de él me hubiese dejado sola y a pesar de que solo tenia 15 años estuvo conmigo en cada momento.
Siempre voy a estar agradecida de haberse puesto en mi camino. Y lo voy a seguir diciendo, fue el ángel que cayó del cielo para salvarme. Dios lo puso en mi camino en el peor momento de mi vida.
Hoy gracias a Dios las cosas cambiaron rotundamente en mi casa, mi papa ya no está, lo seguimos procesando, pero sé que vamos a salir adelante y yo desde que le conté a mi mama gracias a él, tengo muchísima mas confianza en mi, ahora tengo amigos y soy muy feliz.
Espero que el destino nos vuelva a topar. Nos juramos amor eterno y voy a cumplir con mi palabra. Te amé y te voy a seguir amando hasta mi ultimo respiro.


Por aquel entonces estaba sola, en mi casa mi madre trabajaba todos los días y muchas noches, mi padre no nos prestaba atención, cuando mis padres se juntaban solo discutían y mi hermano los calmaba y también me calmaba a mí que no podía dejar de llorar, pero se fue de casa y no supe otra vez de él. Cuando tenia 8 años, cuando me ingresaron en el hospital por primera vez conocí a un chico, y su hermano gemelo, estos chicos fueron mis primeros amigos.
Pasaron los años y a los 12 años, yo me había enamorado de uno de los gemelos, Daniel. No sabia como decírselo, yo era muy tímida.
Daniel y su hermano Adrian apenas salían del hospital, aunque yo por una enfermedad solía estar muy débil y no paraba de entrar y salir.
Esto a los 14 años paró. Los tres nos mejoramos y llevábamos ya unos meses sin pisar el hospital. Entonces entro un nuevo chico al grupo, yo le tome mucho cariño, era como mi hermano pequeño, solo tenia un año menos que yo pero es que los gemelos tenían tres años mas que yo y siempre me lo hacían notar.
Un año mas tarde seguía enamorada de Daniel y decidí decírselo, pero su respuesta fue un no.
Nos dejamos de ver un tiempo, y yo tuve que volver al hospital, cuando paseaba por ahí vi a Daniel en una habitación, lo que me extrañó. Se supone que ya estaba recuperado. Entré y el tampoco esperaba verme ahí. Entonces su hermano salio conmigo y me lo contó todo. Cuando yo le había pedido salir, unos días antes a el le habían diagnosticado cáncer y por eso decidió decirme que no, porque tenia miedo de morirse y dejarme sola. Por eso se alejo de mí, esperando a que encontrase otra persona.
Entré a la sala y vi a David, el ultimo en entrar al grupo llorando, mañana operaban a Daniel. Me acerque a la camilla y el sonrió, siempre lo hacia, por muy mal que se sintiese “No llores” me dijo, hasta ese momento no me había dado cuenta de que estaba llorando, me hizo prometerle que tendría un final feliz, juntos o no.
Al día siguiente fui a verle antes de la operación y él me dio mi primer beso, después sonrió entre lágrimas y se lo llevaron, era la primera vez que lo veía llorar. Horas mas tarde el doctor nos lo dijo, la operación no había salido bien. No podía parar de llorar, David y Adrian también empezaron a llorar.
Unos mese mas tardes yo seguía destrozada y David vino a verme, Adrian había muerto, bebió mucho y cogió la moto, que idiota.
Hoy a los 23 años, fue la primera vez que fui a sus tumbas. Pasé cerca de un año llorando por los dos, pero después de aquello mi vida siguió. A veces tengo que ir al hospital para revisiones pero nada grave. David es mi mejor amigo y nos vemos casi diariamente.
Hoy estuve recordando a ese par de gemelos que si no hubiesen estado ahí, ahora no seria como soy. Ellos me enseñaron lo que era tener una familia.